La experiencia del parto produce una huella sobre la vida emocional de cada mujer y su bebé, como así también en su biología.
Cada vez más hay embarazadas que, al momento de dar a luz, buscan equipos profesionales que respeten su derecho a elegir, a ser escuchadas, a ser informadas, a tomar decisiones, a estar acompañadas por su pareja o acompañante, como así también a tener un contacto piel a piel estrecho con su bebé al momento de nacer y a promover la lactancia materna en la medida que sea posible.
En estas prácticas denominadas genéricamente “Parto respetado o humanizado”, el equipo médico acompaña el proceso de parir a la mujer, realizando las intervenciónes necesarias dependiendo de cada situación.
Teniendo en cuenta estas modalidades, no hay recetas ni promesas. Dependerá del devenir de cada alumbramiento, lo que allí sucederá. Es por eso que que el parto es individual y particular de cada parturienta.
Ese respeto por esperar que los acontecimientos tengan sus desenlaces, sin apuros ni imperativos, permite que las mujeres atraviesen un momento único e irrepetible que es: “dar a luz a su futuro hijo”.
Momento funtante para los protagonistas que son la madre, su pareja o acompañante y su bebé.
En la medida que el equipo médico, pueda correrse de ese lugar de “único saber todo poderoso” y pueda observar atentamente lo que acontece en la escena del parto, los procesos naturales aparecen sin demaciadas complicaciones.
De lo contrario, una intervención médicalizada y apresurada por el miedo a que las mujeres no sepan o no puedan, desvían los procesos naturales que en muchos casos terminan en cesáreas propuestas como una solución mágica.
En estos casos la mujer pierde toda su posibilidad de registros de su cuerpo y queda en manos de otros. Estas situaciones pueden en algunos a veces traer dificultades en la lactancia materna, entre otras complicaciones.
Es por estos conceptos descriptos, que son muy importantes los saberes que los padres desplieguen en cada entrevistas durante el embarazo y en el momento de parir.
Escuchar y dar lugar a que las mujeres ubiquen y consigan encontrar posturas para aliviar su dolor de parto, es muy importante tambien.
Las herramientas para estos momentos como los banquitos de parto, pelotas aerodinámicas, bañaderas, entre otros elementos, ayudan muchísimo a que ellas puedan sentirse dueña de su cuerpo y comenzar una gran tarea que es el del trabajo de parto.
Una mujer que atravisa estos escenarios, generalmente se sentirá fortalecida y preparada para la lactancia, momento funtandate en la crianza de su bebé.
En síntesis, la atención respetada del parto y el posparto reporta múltiples ventajas para los recién nacidos y sus padres, en función de sus particularidades, sus necesidades y deseos.