Tanto en el cine como en nuestra propia experiencia, vemos que el cuerpo del bebé en el momento de llegar a este mundo, está cubierto de una pastita denominada unto sebáceo.
Las normativas del sistema de salud, en la mayoría de los casos, inmediatamente baña al bebé y le saca el unto. Hoy en día organismos internacionales y cada vez mas pediatras plantean otra modalidad.
Este unto, no tendría que sacarse dado que la OMS en sus recomendaciones plantea que “cuando un bebé nace, con el unto y demás, va a parar a upa de la madre que se lo seca para que no pierda calor, esa primera hora no se lo debería tocar de arriba de la madre. Ni para pesarlo, ni para medirlo y para bañarlo menos, expresó Mario Elman, pediatra – neonatólogo de Parir y Nacer.
Afirma que “la madre se conecta con su bebé ojo a ojo, se miran. Pero también ambos se huelen y el olor del unto sebáceo tambíen participa alli. Esos primeros toques entre la mamá y el recién nacido ocupan un lugar de encuentro primordial”. “Esa capa que recubre al bebé cuando nace se va a ir eliminando solita y no hace falta sacarla”
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También tengamos en cuenta que para realizar el primer baño del recién nacido hay que esperar a que caiga el cordón.
Es importante limpiar el cordón umbilical desde el primer momento que higienizamos al bebé. El pediatra o la obstétrica pueden ayudarte si les preguntas como hacerlo.
Los cuidados previos a la caída del cordón, son muy suaves y recomendables para un encuentro corporal donde palabras, músicas, mimos se hacen presentes en la vida del recién nacido.
Escenas primordiales de conocimiento entre la mamá, su pareja y el hijo o la hija. Inaugurar estas funciones de madre, padre e hijo llevarán distintos montajes de crianza y en lo cotidiano se constituyen los vínculos parentales, que marcarán la vida de los tres.
El PRIMER BAÑO:
Este momento es muy hermoso, ya que para el bebé, el agua no es un medio desconocido, todo lo contrario. Para medir la temperatura del agua no hay mejor modo que usar el codo, teniendo en cuenta que la temperatura del agua sea cálida y agradable para quien la prueba.
Durante el baño, muchas veces los bebés realizan movimientos fetales buscado puntos de contacto en el cubículo o de quienes lo están bañando. Esos movimientos reflejos, son los precursores de los futuros movimientos voluntarios, por eso es tan importante este proceso madurativo del desarrollo psicomotriz.
Prepararse para ese momento, es muy placentero no solo para el recién nacido sino para los padres.
Algunos tips, pueden ayudar, como por ejemplo: bajar las luces, sonidos tranquilos y un buen canto los armoniza en todo su tono muscular.
Si bien la posición fetal es la preferida, sostener los pies durante el baño con las manos para que no se desorganice su postura, ayuda a que el bebé se relaje.
Cuando uno se baña, al entrar a la ducha prueba el agua con la mano o el pié. El bebé necesita el mismo proceso. Tocar el agua y entra de a poco sus pies y es resto del cuerpo.
En síntesis, las primeras escenas de higiene del bebé pueden son muy placenteras y los pediatras u obstétricas pueden ayudar mucho con información. En la medida que las madres se animen a preguntar lo que parece obvio pero que no lo es, ayudará a despejar temores y fantasías muy frecuentes en este momento de crianza. El intercambio entre mujeres o parejas que ya han atravesado la experiencia será de enorme aporte también.